Interrupted hugs and kisses stained with bottles of red wine.
In that dinner, your smile defeated my remaining fears and
my desires were calmed by the murmurings of your body.
Keeping your name in my mind, dreaming in remote Strombolis and Itacas,
my memories are now flourishing from the darkness tree.
Next autumn, in the path to Schifanoia, those old oaks loosing the leaves, will revive
again your kisses such as in a black and white movie, and your name will interrupt again the monotony of my days.
But in the end, as Heraclites says, “You cannot step twice into the same river”.
In that dinner, your smile defeated my remaining fears and
my desires were calmed by the murmurings of your body.
Keeping your name in my mind, dreaming in remote Strombolis and Itacas,
my memories are now flourishing from the darkness tree.
Next autumn, in the path to Schifanoia, those old oaks loosing the leaves, will revive
again your kisses such as in a black and white movie, and your name will interrupt again the monotony of my days.
But in the end, as Heraclites says, “You cannot step twice into the same river”.
Botellas de vino tinto, por Ricardo Garcia Antón
Abrazos y besos interrumpidos por manchas de vino rojo
En aquella cena, tu sonrisa venció lo que quedaba de mi miedo y
Mis deseos fueron saciados por los murmullos de tu cuerpo.
Todavía queda tu nombre en mi memoria, soñando con remotas Strombolis y Itacas,
mis recuerdos brotan ahora del árbol de las tinieblas.
El próximo otoño, camino a Schifanoia, aquellos viejos robles perdiendo hojas, revivirán una vez más tus besos, tal como en una película en blanco y negro, y tu nombre interrumpirá de nuevo, la monotonía de mis días.
Pero al final, como Heráclito dice, “No te puedes bañar dos veces en el mismo río”.
Abrazos y besos interrumpidos por manchas de vino rojo
En aquella cena, tu sonrisa venció lo que quedaba de mi miedo y
Mis deseos fueron saciados por los murmullos de tu cuerpo.
Todavía queda tu nombre en mi memoria, soñando con remotas Strombolis y Itacas,
mis recuerdos brotan ahora del árbol de las tinieblas.
El próximo otoño, camino a Schifanoia, aquellos viejos robles perdiendo hojas, revivirán una vez más tus besos, tal como en una película en blanco y negro, y tu nombre interrumpirá de nuevo, la monotonía de mis días.
Pero al final, como Heráclito dice, “No te puedes bañar dos veces en el mismo río”.