miércoles, 17 de febrero de 2010

¿¿¿algo para comenzar??

Suelo escribir mi nombre en minúsculas cuando me siento importante. Es una contradicción en mi vida como esta, la de publicar en la Red de manera promiscua o indiscriminada. Aquí tenés, entonces, dos figuritas no repetidas para tu tan variopinta como indeseada colección de incoherencias mías.

Inauguro este espacio, amigos queridos, como un ágora de reflexión. Ofreceré periódicamente pensamientos míos, al público paciente y amigo. Producto humano este último, ordinario como la pis y la caca, pero curiosamente extraordinario en el tiempo que vivo. Intentaré escribir cosas y de la forma en que puedan ser entendidas en otros espacios y tiempos. Escribiré esperando respuestas, de manera que mi infértil imaginación pueda ser enriquecida al transmutar mis ideas a otros espacios y tiempos. Harán, aquellos que reflexionen con migo, de favordante a mi persona, pues llenare el a veces vacío espacio espiritual que me pertenece, con la belleza de la pluralidad y la divergencia. Para completar logrando el suficiente, por deber de información digo, las ideas que aquí haré cognoscibles serán tan heterogéneas como matizado es hoy mi cuerpo de amigos.

Será siempre un placer encontraros en ésta, mi pública morada. No esperar de más, que encontrarais menos. Esta pequeña recepción no es más que un mitin de bienvenida y os aventuro a seguirme, que como hombre de gran apetito, no haré faltar frezas y cerezas, caramelos ni budines, o platos principales en mi banquete de pensamientos. Despidiéndome agradecido por vuestro tiempo, redundo, con el perdón de la economía pero en el buen nombre de la cortesía, en participaciones a mi mesa.-