domingo, 30 de mayo de 2010

Ayer fui a un prostibulo a buscar amor. Debi ser uno más de los vacios de ese espacio. Quería yo conversar con las prostitutas, nada más.

En serio: Si. No me retó el proceneta. Ni a un duelo ni a los tribunales. Vió en sus chicas curiosidad que hace rato no había. Fuí al prostibulo porque la sociedad me llevó; fuí yo una ración de aire en una pesada porción de agua. Por presión terminé ahi, dentro del prostibulo y fuera de la sociedad.

Una de las chicas me llamo jesucristo. No se si lo hizo por el cariño especial con el que yo trataba con sus compañeras, por la dulcura que expresaba mi cuerpo y gesticulación cuando corría cabellos de los rostros, o por mi gentil barba negra y mi sincera cara del oriente antiguo. Quizá haya sido por ambas cosas, o, y con mayor probabilidad, por ambas cosas y algo más...

Lo cierto desde mi subjetividad es que senti amor por ellas y por una en especial. Fue por quien decía que era una prostituta mientras yo acomopañaba su habla con mis dedos. No voy a decir que no le aprete el culo. Si, si lo hice. No escapé del animal o el animal salió de mi y se hizo presente. Una de las dos. Y cuando hice eso su curiosidad pareció escaparse, emprender la vuelta al no existir. Ahí fué cuando me dijo que para seguir charlando tenía que invitarle una copa de 30 euros. Ahí fue cuando me sentí un desubicado, un molesto de la jornada laboral.

sábado, 29 de mayo de 2010

Solo una reflexión a cerca del Derecho y la Justicia

Voy a tomar una serie de conceptos de Francisco de Vitoria para expresar algunos pensamientos sobre la Justicia.

Dice el Francisco de Vitoria que las leyes pueden ser divinas y naturales. Son idénticas en todo salvo en su autor. En la primera el autor es Dios y en la segunda es Dios y el hombre. No puede negarse que la ley natural no tenga por autor a Dios del hecho de que sea el hombre su autor inmediato, pues Dios es autor de lo que hace inmediatamente como de lo que hace mediatamente.

Considero que el Ser Humano es producto de la naturaleza. El ser humano tiene junto a otras especies la capacidad de producir. Una de las cosas que produce el ser humano es lo que llamamos productos culturales. Un edificio, un Código Civil, una dicción de amor… El Derecho se encuentra dentro de esta categoría. El Derecho es producto humano. Luego, en mi concepción el Derecho es producto de la naturaleza en la misma dirección en que el Derecho natural es producción de Dios en Francisco de Vitoria.

Para Francisco de Vitoria el hombre hace al Derecho natural, es autor. Este Derecho recibe el nombre de natural no por el hecho de que esté ínsito en la naturaleza humana, sino porque adviene con la propia naturaleza. Todos tienen el mismo Derecho natural en la medida en que todos pueden encontrarlo, y, algunos tienen un Derecho natural más desarrollado que otros porque han desarrollado más sus capacidades de desarrollo. En mis palabras, el Derecho Natural se genera a partir de la historia.

Estas palabras de Francisco me sorprendieron y me llevaron a interesarme más por el adelantado, erudito y riguroso autor maestro de Salamanca. Tomo sus palabras para exponer lo que para mí es la etapa evolutiva del Derecho. La etapa que para ser sincero debe observarsela y explicarsela descriptivamente. Observando la historia podemos empíricamente aislar distintos sistemas de Derecho. Sistemas radicalmente distintos y moderadamente distintos (entre ambas categorías hay matices). Todos nacieron y se desenvolvieron de maneras diferentes, por lo diferente que fueron sus contingencias temporales y fácticas (y presumo que hay alguna que otra contingencia que no conozco, pero que intuyo que no tiene nada que ver con el tiempo ni con el espacio). Pero puede apreciarse en el plexo, un común denominador en las causas motoras: el humano. Es que todos desarrollaron un Derecho de humanos. Puede decirse que la identidad está solo en el origen. Pero como dije recién, el elemento común está en el origen y en el desenvolvimiento. Si en el origen tiene en común el hecho de que son humanos los que lo crearon, en el desenvolvimiento tienen de común que fueron también humanos los que lo desenvolvieron. Me refiero a que la mujer tipo menstrua tanto en América del sur como en Asia central o que en todas las culturas se desarrollaron "medicinas" para evitar los males, y que estos hechos fueron alternativamente fuente o efecto de cuestiones naturales. Probado esto restaría averiguar si todos los sistemas de Derecho tienden a un fin común. Si es la misma estrella norte la que es seguida por los diferentes barcos (Stammler).

Por lo cómodo, es aliviador decir que existe un núcleo duro en la Justicia (nadie discute su materia en la iusfilosofía contemporanea: A. Kaufmann). Vale decir, todas las estrellas posibles comparten un componente común.
Ocuparé breves letras a esto, intententando explicarlo con lo de recién: el elemento forma. Comparten, la totalidad de los hombres que existen, el elemento cultural (mediatamente natural) de la comunicación. El proceso del descubrimiento de la igualdad puede ser explicado a partir de éste elemento. El hombre necesita comunicarse, pero para poder hacerlo, antes bien, tiene que entender que para que haya comunicación tiene que haber un receptor adecuado a él. (Adecuación referida a que, verbigracia, el emisor conozca un receptor que se maneje en la misma frecuencia). Es claro entonces como a partir de la necesidad de expresarse el humano descubre la igualdad. La libertad es consecuencia de la igualdad…

Para terminar. Estoy cautivado por la búsqueda de una forma distinta en el Derecho Civil. Ante ésta intromisión casi dañina a mi salud, me encuentro al aliciente de que para cambiar al Derecho Civil hay que intentar entender de una manera distinta a la Moral. Por supuesto, también a lo que se llama Derecho Procesal Civil.

Mi agenda se divide en dos fases. Una descriptiva y una valorativa. En la descriptiva me propongo intentar entender como vienen desarrollándose el Derecho Civil (y por supuesto las consideraciones a cerca de la Justicia del Derecho Civil). A esto lo intento hacer con el mismo criterio relativista y racionalista de Radbruch: porque sólo a partir del seguimiento de la lógica utilizada por la corriente de pensamiento que se intenta analizar, se puede llegar a culminar en lo que es posible dentro de sus ideas (metodo que se hace presente en López de Zavalía). Hay que conocer hasta donde se pueda, y sin prejuicios (sapere aude). Entendidas las ideas, luego entendido lo que hoy se llama la historia del Derecho.
Me interesa esta etapa descriptiva porque comparto con Savigy que es fundamental encontrar los vínculos con el pasado. Encontrarlos y entenderlos críticamente (Zimmermann). Necesidad que responde a mi agenda, porque a partir del acabado entendimiento crítico de la historia del derecho civil y su filosofía, me voy a poder dirigir a emprender la segunda tarea.
El momento prescriptivo es el momento en que me vuelco a mi audiencia proponiendo. Aquí muestro lo que para mí es posible construir a partir de lo que viene dado mediatamente por la naturaleza. Considerar prescriptivamente es la única manera de debatir acerca de lo que nos convenga sobre el futuro del pensamiento jurídico (Ferrajoli) y sobre lo que convenga al imaginario social jurídico de la sociedad de un futuro un poco más lejano.
Uno de los condicionamientos, o más propiamente dicho, la barrera que circunscribirá mi tarea constructiva, perdón, prescriptiva, será la sociedad sudamericana.

viernes, 28 de mayo de 2010

Los objetos de tutelA

A veces resulta provocativo leer textos de Derechos reales en los que se ejemplifica alguna de sus clásicas instituciones poniendo como objeto del derecho a un ser humano. Para mí esa repulsión es injustificada. Y es que quiérase o no, la paulatina evolución de la posesión como institución jurídica se llevó a cabo con la esclavitud. La persona sometida a la voluntad de otra contra natura, hizo las veces en Roma, de perfecto elemento de des-vigorización de la posesión. En otras palabras, la repulsión que el ilimitado poder del dominus sobre su esclavo generaba en la sociedad, hizo que los jurisconsultos reconsideraran en la época clásica y en el Derecho imperial, los límites que los pontífices delinearon a la posesión en el Derecho quiritario. El ilimitado poder del dominus sobre la cosa se desrigorizaría a partir de la estima social sobre el objeto del derecho.
Estas premisas me llevan a entender la futura evolución, no solo de la posesión y de los derechos reales, sino también de las cosas en sí mismas consideradas. Aquellos romanos desearon limitar el campo de acción que tenía el poseedor a partir de una cuota de estima por el esclavo. A fin de cuentas, esa persona sometida a la acción por voluntad del poseedor, lo era contra natura, y en consecuencia: una especie de sentimentalismo habrá tomado parte en la concepción general sobre la propiedad.
Esto no ocurrió tanto en la mente de algún jurisconsulto por pensar sobre la institución ni por ver al esclavo labriego trabajar la tierra de sus dominus, sino, exclusivamente, al presenciar actos de radical e injustificada violencia. Actos de perversión y abuso de algunos (porque desde esta silla estamos seguros de que habrá habido buenos dominus) sobre otros.

Es natural, me parece, que las almas de una época como la de la Roma quiritaria no haya sentido rechazo ante los malos tratos de los dueños sobre sus esclavos, y es igual de natural que a posteriori generaciones de jurisconsultos vayan resintiendo el rigor del derecho por ver afectadas sus sensibilidades a partir de los actos que al momento van a parecer de eminente brutalidad.

Lo llamativo es, y quiero tomar a esto como eje discursivo, que el elemento que generó repulso ante el utendi, fruendi y abutendi en los romanos fue la persona humana. Una lucha entre gladiadores no causó repulsión en la Roma imperial, pero si en la Edad Media; las inmisiones fétidas no fueron consideradas como tan dañinas en la Edad Media como cuando el auge del burgo en la modernidad; completando, una corrida de toros no habría generado repulsión social en la sociedad Romana, en una aldea medieval y tampoco en las ciudades modernas españolas.

Leía yo al Profesor Jorge J. Llambías decir que el Derecho era un algo del y para el hombre, y que si se tutelaba al reino animal se lo hacía en consideración a las sensaciones menospreciables que las acciones crueles sobre ellos generaban en el humano espectador. Siglo XX, y el profesor Llambías entiende al Derecho posmoderno a la romana. No haremos nuestra crítica sobre la premisa fundamental del Profesor Llambías, pero si diremos que éste es el eje sobre el que se viene desarrollando la materia de derecho tutelable ¿Será que estas son las cosas que reúnen los intereses de la sociedad en un momento y lugar determinado y que en consideración a ello se construyen los medios de lucha por su tutela? (Jhering). Decimos: muy probable. Pues: como ahora nos causa lástima ver un niño bambolear un árbol recién plantado, nos degenera el gesto ver a un buen padre de familia abandonar sus residuos en la vía pública, y consideramos que una ducha de más de cinco minutos es una acto inmoral; el ordenamiento jurídico brinda una tutela especial a las especies inanimadas, crea infracciones para el consumidor irresponsable y regula la oferta de bienes de necesidad primaria.

Desde aquí entendemos el fenómeno como lo describimos y compartimos las medidas en el contexto jurídico señalado. Pero estamos seguros de que todo esto podría ser tomado como un punto de inflexión a partir del cual el derecho pueda desenvolverse de una forma distinta.

jueves, 27 de mayo de 2010

el gobierno de los artistas
el placer del sabio
la maestria del solitario
el desencanto del enamorado
la certidumbre del desesperado
el sociego del estaciado
¿no es esto poesía de alguien frustrado?

domingo, 16 de mayo de 2010

¿ganas de llorar o de vivir?

En tiempos de sufrimiento es bueno ver comedias, dicen por ahí. Pues, luego de llorar rasguñando piedras de la vergüenza que es la UNT, decidí buscar motivos para reavivar mi orgullo como tucumano. A tal fin decidí conocer la biografía de un filósofo Argentino mundialmente reconocido, y que gran parte de su obra (incluida la biológica) radica sedimentada -por suerte- en nuestra provincia. Me refiero a Manuel Gonzalo Casas. Filósofo, profesor de filosofía, fundador de la Universidad Santo Tomás de Aquino, participante del proyecto "Gymnasium", ideólogo del peronismo, políglota, y como si fuera poco, escritor de varios libros de nada menos que de filosofía. Una de sus biografías está en http://www.filosofia.org/ave/001/a314.htm

Casas no es el objeto de este escrito, y a decir verdad, este escrito no tiene un objeto claro. Lo cierto es que transcribo lo que a mi me conmovió y aumentó las ganas de ser tucumano. Al margen de Casas, o mejor dicho, junto a Casas ocurrió lo que sigue:

«Tucumán, Atenas mediterránea. Tucumán era a la sazón, una Atenas pequeña pero importantísima en este rincón de América. Habían llegado huyendo del Nazismo y del Fascismo figuras internacionales de gran relieve, no solamente en las Ciencias, también en las artes, la literatura; las disciplinas filosóficas, las ciencias de la cultura, de la naturaleza y las técnicas. Entre sus hombres debo mencionar al gran historiador Claudio Sánchez Albornoz; a María Rosa Lida, la gran filóloga, que más tarde fue a Harvard, EE.UU.; a Renato Treves, antecesor de la cátedra de Filosofía del Derecho que luego, a su regreso de Europa, fue a manos de nuestro distinguido colega.También Werner Goldschmidt que arribaba a enseñar Derecho Internacional Privado desde Madrid y con quien cursé mi última asignatura de la carrera, en Diciembre de 1950.Todos ellos junto a una pléyade de académicos y artistas nacionales y extranjeros, algunos de los nuestros como Lorenzo Domínguez, el escultor; Lino Spilinbergo, el gran dibujante y pintor; Lajos Szalá y grandes músicos como Walter Donhai, que acabo de leer ayer, continúa dirigiendo la Orquesta Filarmónica de Bruselas y filósofos como Manuel García Morente, Rodolfo Mondolfo, Diego Pró, Risieri Frondizi, Manuel Gonzalo Casas y literatos como Aníbal Sánchez Reulet y Alfredo Roggiano.En la facultad de Derecho, no puedo dejar de mencionar a los doctores Miguel Figueroa Román; a Jorge Antoni, a Miguel Araoz y a mis compañeros de facultad, entre ellos a Julio César Castiglione, a Raúl Mender, a Roberto Imbert, a Lucio Eduardo Vallejos, a Irma Madkur, y muchos otros.En ese escenario comienza a construirse, la primera ciudad Universitaria de América Latina en Horcó Molle, en las faldas bellísimas del Aconquija. Debo agregar que más tarde, en el año 1955, la construcción de esta revolucionaria ciudad, en la que participaron grandes arquitectos argentinos, entre ellos Horacio Sacriste, fue abandonada por habérsele llamado ciudad universitaria “Eva Perón”. Fue ese un golpe casi mortal a la educación universitaria argentina. Los grandes maestros que vinieron, se fueron también a escenarios académicos más propicios, a países de América, o a sus patrias originarias.» (Amelia Tosto Valenzuela, María Teresa Fernández Lagos, María del Valle Romanelli, ¿Conoce a Herrera Figueroa?, Editorial Praxis Universitaria, Buenos Aires 1997, págs. 61-62.)

martes, 11 de mayo de 2010

Universidad

A.“Tengo ganas de ir a Tucumán y encadenarme frente al rectorado con un altavoz y decir todas las cosas que siento” B.“No chango, no te conviene! Tene cuidado! En el rectorado hay gente pesada… Tengo un amigo de la infancia que es bien pesado y que está en esa movida de la campaña.”

¿Cómo puede ser que en la Universidad haya gente pesada? ¿Como puede ser? En la Universidad debería haber gente liviana ¡Gente ágil¡ Gente tan liviana y ágil, que por ser menos pesada que el propio aire se despegue del suelo naturalmente y vuele sin esfuerzo alguno.

NO ENTIENDO NADA. En el lugar en donde el pensamiento es consecuencia del libre despegue a las alturas de la meditación, del volar espontaneo sin fronteras ni cortapisas, en el espacio brindado al placentero viaje del conocimiento... ¡en la Universidad! ¿Cómo puede ser que en donde aparcan las mentes voladoras se asienten los tipos más pesados?

NO ENTIENDO NADA. Pero a primera vista: PLAZA PÚBLICA Y JUSGMIENTO. SEÑALAMIENTO CON EL DEDO A ESTOS HIJOS DE PUTA. Es lo que reclamo; el saber no se mancha; no hay paciencia ni perdón para los detractores del saber.

QUIEN MIERDA ES CERISOLA. QUIEN PINGO ES EL ¿iuris Doctor? ¿Economista de galardón? ¿Ph. D? ¿Es acaso un biólogo reconocido a nivel regional? Nooo, nada de eso, es un hijo de mil gran puta. Y todavía Sr. Rector... ¡¡¡Amaestrador de corruptos!!! Elegidos estos a dedo, y destinados a la oler la mierda del trabajo sucio al que están avocados ¡¡¡Señalar con el dedo y fruncir el ceño a estos hijos de puta hasta la muerteeee!!! No merecen paz social. Abdicar el espacio e ir tras sus moradas. Atormentar al maleante; hostigar a su séquito; raptar sus proyectos inmorales y desterrar la sonrisa de sus gordas caras nostálgicas de haber dejado hace rato la felicidad genuina del honeste vivere… ¡¡¡Hijos de puta!!!

Creo en el Estado de Derecho, en los valores de nuestra cultura, en la Santa y Diosa Justitia. Creo en la retribución de los hechos, en el resguardo de los bienes fundamentales. Soy partidario de la educación popular, y del profesorado calificado. La investigación es inagotable, como inmensurable el campo de estudio. El profesor debe preparar sus clases, el investigador proveerle información; el estudiante responder a sus obligaciones y el administrador administrar. El gobernante de una institución académica debe ser un enamorado de la verdad; del orden y del progreso. El gobernante de una Universidad debe encontrar el justo medio entre la idea y la materia; debe ser un práctico enamorado. Quien llegue a la silla de Rector debió antes haber pasado por los tribunales del conocimiento y por los escalafones administrativos; debe ser un universitario y no un político de carrera. La política universitaria debe desaparecer. La política es tarea vulgar, no de elite intelectual. En la universidad, quien quiera administrar, debe antes publicar; debe hacer pública sus letras o voces en audiencias científicas, y no rostros o emblemas en medios urbanos y triviales. La Universidad es la cúspide de toda sociedad; es a donde llegan y de donde salen nuestras materias más humanas; nuestros seres más racionales. En la universidad se practica el dialogo dirigido a la verdad; no el discurso sugestivo y aparente.

Honrad a la verdad, vivir por ella y luchar contra la mentira. Los Tria iuris praecepta decián categóricamente: sum quique tribuere. Ir pues entonces a la calle, y a darle al corrupto hijo de puta lo que merece…

miércoles, 5 de mayo de 2010

Ampliar las fronteras del pensamiento

¿Podrán las parejas homosexuales europeas adoptar un europeito en Argentina? Pregunta que me surgió apenas leído sobre la aprobación por diputados a la ley por la que una pareja homosexual puede desenvolver una vida marital; y reflexión natural de la especial superficie de este tema. Teoréticamente: puedo pensar en que hay un desalineado mosaico de temas, tópicos y no, sobre el matrimonio homosexual; sus puntos grises son preguntas como la que consigno.
A decir verdad, tengo entendido que los requisitos que establece el Derecho argentino para adoptar, no permiten la "adopción expres"; pero lo que digo no es muy dificil de realizar con alguna que otra simulación.

Pensar sobre el matrimonio homosexual es fabuloso. Quien piensa se da cuenta de esto cuando piensa siguiendo cualquiera de las finalidades que caben en este “tema”. Y esa diversidad de posibilidades de dirigir el pensamiento en un tema lo hace más fabuloso aun. Quiero decir que uno puede disfrutar de imaginar la sociedad de tres o cuatro generaciones a partir de la ley; pensar antropológicamente en los esquemas psíquicos de un individuo promedio del mismo futuro; buscar hechos parecidos en el pasado; analizar la cuestión como un proceso de liberación y resultado de una actitud histórica típica en el humano; comprar las posiciones filosóficas de los que están a favor y en contra; entenerlo como una arena de contienda política; etc. etc. etc.
Muy placentero es el pensamiento sobre la cuestión jurídica del matrimonio homosexual; quizá por el cariño que en mí la Jurisprudencia empeña. No me interesa muy mucho por aburrida, la tarea “interpretativa” de discutir sobre si la partícula “y” que separa "hombre" de "mujer" en los artículos decimonónicos sobre el matrimonio, es conjuntiva o no. Una de mis opiniones es que el caso es un expediente más de la crisis institucional de la teoría jurídica clásica (y todo lo que ella implica) que se pone de relieve en sistemas jurídicos vanguardistas como el de Argentina. Como el contrato, el matrimonio entendido como lo entendemos es una institución decimonónica. El matrimonio en el Derecho Clásico de Roma estuvo caracterizado por la afectio maritatis, cuando esta se acababa el ligamen se extinguía; en la Europa de entre la crisis del imperio y la definitiva edad media (para mi siglos XI a XIV) hubo tantos matrimonios como pueblos indoeuropeos; en la Edad Media como período impreciso el matrimonio estuvo influenciado por los valores de la época y estos fueron los que impregnaron su espíritu católico; desde postrimerías de siglo XVIII hasta hace cincuenta años por el pensamiento burgués. Claramente nuestra sociedad se desenvuelve de una manera distinta al paradigma de sociedad burguesa y más aún al del pensamiento medieval. Y por ello es que no se puede estar de acuerdo con el divorcio pero no con la libre legitimación y por ello que se puede pensar que como en la religión mormona el matrimonio puede ser femeninamente polígamo, el matrimonio moderno del ideal occidental no tiene barreras de legitimación sexual.

Desde este punto de vista histórico, reflexionando sobre el matrimonio homosexual puedo aventurar que la cuestión de los valores es algo anárquica. Quizá no tanto en relación a los valores nucleares de un sistema, pero si a los periféricos o muy próximos a equellos. Anarquía que me elude el escollo axiológico para solo pensar en el Derecho como algo histórico. El Derecho es lo que los humanos queremos que sea en un momento determinado, y que usualmente lo queremos por conveniencia moral y económica.
Esta actitud de imprimir en el pensamiento un ideal positivista y una concepción moral utilitaria tiene como consecuencia el entendimiento de que habrá matrimonio para los homosexuales si los humanos quieren y si a ellos les da algún beneficio que eso así sea. Ideal ratificado por la reacción que tuve ante la opinión de un profesor sobre el problema. Consideré que nadie da nada gratis en respuesta al comentario de que es absurdo que el dueño de algo que ya no quiere, reniega en dar la cosa a alguien la quiere y que la necesita.

Es interesantísima la cuestión sobre el proceso de heteroimposición, y aún más su fundamento, la voluntad general. Más aún cuando se trata de cuestiones no impuestas, sino permitidas. La ley que se tramita en el congreso es algo cierto.

Como se ve, la cuestión solo en el Derecho es extensísima.

El debate jurídico sobre el matrimonio, como de muchas otras instituciones, debe ser descodificado. Debe ser desvinculado a la concepción del Derecho clásica. Muchos abogados siguen este camino cuando piensan al contrato, a la propiedad o al matrimonio, pero casi ningún lego lo hizo. La observación jurídica de las cosas por la sociedad se hace de una manera estrepitosamente decimonónica; a esto es a lo que me refiero. Podemos pensar nuestro presente intentando despejar la forma de entenderlo. Me parece ese es el paso metodológico crucial para todo estudio contemporáneo. Primero la ciencia y después la sociedad. Hay que olvidarse de las estructuras mentales decimonónicas y también olvidarse de Kant. Olvidarse de esto tiene que ser una tarea sistemática. Sé que es muy difícil. Es la tarea de buscar materia diferente de la misma forma, y como quintaesencia del escollo, la materia de la-forma-de-buscar alternativas también responde a la forma original (la decimonónica). Dificultad que cansa pero que acerca a la sinceridad.... Creo que el único camino fiel al pensamiento es este.