viernes, 18 de marzo de 2011

Tinelli procesado por narcotráfico

Durmiendo la siesta soñé lo siguiente: Era yo un grandote juez, como los que hay en las películas, con sotana negra y peluquín, como los que todavía trabajan en España. Me tocaba resolver un caso en el que se demandaba a Marcelo Tinelli por obtener grandes beneficios económicos a través de la distribución masiva de sustancias estupidizantes. El fiscal, peronista antiofisialista y ateo, parecía estar muy enojado con el acusado. Decía que al juzgar, su Señoría, yo:S, debía de considerar dos importantes agravantes del caso concreto. Número uno, que el productor televisivo sabía y conocía muy bien del efecto que causaba la substancia que inteligentemente producía. Y número dos, que la substancia contaminaba no solo a cada destinatario individual, sino a la sociedad misma entendida como un todo. Que esta hacía las veces de recipiente de germinación y caldo de la substancia del delito en tal manera, que una vez terminado el delito de tracto sucesivo y quizás muerto el delincuente, los efectos todavía afectarían a las generaciones futuras. Considerado esto, su Señoría, terminaba el fiscal, no debe a usted temblarle el pulso al bajar el martillo para condenar a este poco argentino a 20 años de producción de programas rehabilitadores de las víctimas...

ABRUPTAMENTE el sueño se interrumpió, y me dirigí como avalancha a mi blog para registrar la buenísima idea que había tenido. POR RAZONES DE TRABAJO, aunque despierto, prometo continuar la historia...

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