miércoles, 23 de marzo de 2011

A i miei amici del quartiere delle Cure

Considerando la storia, il popolo, e la nostra osservazione delle Cure, pensiamo che il presente non si accorda con l’importanza, l´impronta sociale, che la piazza il quartiere delle Cure, ha nel contesto storico fiorentino.

Ci ricordiamo i gesti, la desilusione degli adulti, la mancanza di cordialita delle persone della terza età, e l’innocenza sulla faccia dei bambini. Cosa cambierà di questo quartiere? Nonostante, nella mattina l’odore del pesce fresco continua a incantare le nostre narici; i giovani si guardano fra di loro cercando di trovare il ragazzo o la ragazza per le possibile avventure, e anche i bambini continuano a correre davanti ai loro genitori.

Questo è il paradosso fra la nostalgia e la speranza di un futuro migliore. Ma cosa faremo noi, i ricercatori dell’istituto europeo, per questa gente, piu che andare nel quartiere a fare domande e portare un segno di cosmopolitaneita... Virtualmente niente. Questa possibilita scappa delle nostre mani...

Per il momento, abbiamo il dovere di raccontare ai nostri compagni e anche, se è possibile alla società in generale, la nostra sperienza, il nostro contatto con la gente. Cosa che noi abbiamo fatto durante questa presentazione. Ma manca, forse, fare il piu pericoloso della nostra attività, cioè esprimere, tramite la scrittura, il nostro giudizio di valore, la nostra rivendicazione.

1. Al sindaco di Firenze : applicare le politiche pubbliche necessarie per fare che il storico quartiere delle Cure ritorni alla sua naturale condizione : la bellezza e la grandezza.

2. Alla gente del quartiere in generale: la speranza è l’ultima cosa che si lascia perdere. Questa è anche l’ispirazione, voglio dire, è il motore ludico per fare il cambio sociale che voi necessitate. Non ci parliamo di rivoluzione, ma di una vita migliore. La sociabilita in un ambiente di cordialita e bellezza è fundamentale perla felicità nel momento dellanostra finita esistenza.

3. Ai gentili venditori del mercato delle cure: sappiamo e non abbiamo mai messo in dubbio che voi siete l’organo vitale del quartiere. Ma questo non significa che siete i commandanti della piazza. Tutti gli organi formano una parte essenziale nell’esistere di un’entità. Ma non dovete mai dimenticare che come organi sietesolo una parte di quest’entità. Complemantare, certo, ma non esclusiva. Per questa ragione, considerate gli altri componenti del quartiere. L’unica forma per vivere è CON-VIVERE.


Per sempre, il vostro vecino e amico, Javier Habib

Feudo, por Jose Mariano

La quimera del aciago Feudo en elipsis compartida



Feudo fue conocido en su tiempo como el más inteligente, seguro y hermoso de los hombres, al menos así lo recuerda Euforión de Calcis en un relato llamado Mopsopia. La convicción que valía en él, era la que se proporcionaba él mismo para si como matriz, su seguridad intimidaba y parecía hipnotizar a todos, pues lograba que los hombres le obedecieran sin replica ni cuestionamientos.
Desde muy joven llamó la atención de los que lo rodeaban por la agudeza de sus razonamientos y su facilidad de palabra, además de la fina ironía con la que salpicaba sus tertulias junto a los jóvenes ciudadanos aristocráticos de Atenas, a quienes les preguntaba sobre opiniones populares, aunque él no les ofrecía ninguna enseñanza. Él no se consideraba a sí mismo sabio, hasta que uno de sus mejores amigos, Semónides de Amorgos, le preguntó al oráculo de Delfos si había alguien más sabio que Feudo, y la Pitonisa le contestó que no había ningún griego más sabio que él, pero que eso mismo seria lo que terminaría con su existencia.
Desde entonces, sin beber las palabras de tal advertencia comenzó para Feudo su pesquisa. Preguntando y conversando con aquellas personas a quienes la gente consideraba sabias, se dio cuenta de que en realidad creían saber más de lo que realmente sabían. Filósofos, poetas y artistas, todos creían tener un gran conocimiento, pero Feudo era consciente de la ignorancia que le rodeaba, este descubrimiento lo llevó a tratar de hacer pensar a la gente como el ambicionaba y hacerles ver el conocimiento real que tenían sobre las cosas. El poder de su oratoria y la facultad de expresarse públicamente eran su fuerte para conseguir la atención de las personas. Pero un día, su ambición y el exceso de confianza en si mismo, por su falta de fé en lo el absoluto, hicieron que sus intenciones fueran en contra del orden natural que habían establecido los dioses, así es que se cree, fue desterrado de la superficie y obligado a padecer en un mundo subterráneo.
Las circunstancias por las cuales Feudo fue llevado y permaneció hasta su muerte en los Lóbregos Túneles Laberínticos del Destierro, ubicados debajo de la Isla Sagrada de Delos situada en el Mar Egeo, y conocidos como el más cruel de los lugares donde podían ser enviados aquellos que habían sido acusados de felonía contra su misma especie, es desconocida hasta hoy. Leyendas legendarias relatan que al ser este hijo de La Codicia y El Engaño no podía toparse con otro destino.
Homero poeta y rapsoda griego, hace responsable del castigo de este personaje, a Némesis, a quien también se le conoce por Ramnusia, o Diosa de la justicia distributiva, que castigaba sobre todo la desmesura, mediado entre la felicidad y la desdicha de los mortales. Se dice que frente a las acciones inadmisibles e intolerables que Feudo había tenido en contra de los hombres, aprovechándose de su ingenuidad, pretendiendo así convertir lo de todos en propio, proclamando tierras que por naturaleza esencial le pertenecían a la universalidad de los hombres, como suyas, y sacando un nefasto provecho de la inocente confianza de sus pares originales, provoco la ira de esta Diosa, que por ese engaño hacia la humanidad arremetió en su contra sin contemplación. Siendo este el peor de los crímenes que un mortal podía cometer, lo habría condenado a padecer buscando una escapatoria en aquellos lóbregos corredores sin salida, acusándolo de la más alta traición contra su especie. Causando con sus actos también una falta ineludible de ingratitud y desprecio ante los mismísimos dioses del absoluto que habían dispuesto la tierra para la comunidad total de los hombres que la habitaran. Así es que esta Diosa reivindicadora de los actos del hombre, dispuso el destino de Feudo, condenando su suerte al ostracismo errante de vagar hasta morir en el fusco laberinto sin salida.
Hesíodo otro vate griego, atribuye en cambio el confinamiento de Feudo en el tenebroso y mítico laberinto a las Erinias, personificaciones femeninas de la venganza, las cuales perseguían sin cesar a los culpables de ciertos crímenes hasta penarlos. Conocidas también como Euménides, estas diosas eran anteriores a los dioses olímpicos, por lo tanto no se sometían a la autoridad de Zeus. Moraban en el Érebo (o en el Tártaro según la tradición), el inframundo, del que sólo volvían a la tierra para castigar a los criminales vivos, sometiendo a torturas sin fin a los eternamente condenados. Eran las encargadas de castigar los crímenes durante la vida de sus autores, y no más tarde. Se representa a estas hórridas deidades vengadoras, como genios femeninos con serpientes enroscadas en sus cabezas entre el pelo, portando látigos y antorchas, y con sangre manando en lugar de lágrimas en los ojos. Tenían grandes alas de murciélago o pájaro, o el cuerpo de un perro. Atormentaban a los que hacían el mal, persiguiéndolos incansablemente sobre la Tierra hasta volverlos locos. En un sentido más amplio, las Erinias representan la rectitud de las cosas dentro del orden establecido, protectoras del cosmos frente al caos. Y siendo los actos de adjudicación sobre las tierras contrario al orden preestablecido por los dioses para los hombres, le condenan al padecimiento de conservar la esperanza ante la imposibilidad ineludible de encontrar una salida.
También hay quien opina que no fue la justicia divina la que se encargo de Feudo, sino que fue su misma ambición sin límite de encontrarse con lugares que podía tomarlos como propios para así explotarlos en su provecho lo que lo llevo a tal situación sin retorno.
Lo cierto es que siendo una u otra la causa por la cual este mortal termino en la oscuridad solitaria sus últimos tiempos, de cualquier manera que sea, ya divina, ya humana, el destino lo encontró encerrándolo en el confinamiento de si mismo, rodeado solo de una falsa esperanza sin posibilidad de redención.



I



Feudo caminaba acelerando el paso en un lóbrego corredor, solo podía divisar unos metros más allá de él. La humedad, el frío, la impresión de soledad dominante, junto a la desesperante incertidumbre de su marcha, escoltaban su recorrido. Pero este no perdía paso en su errabundo andar, seguía, algo debía de haber, una potencial salida iluminaba su condenado espíritu, pero esta ilusión inverosímil solo hacia dar tiempo al tiempo en su nómada recorrido.
No todo esta perdido mientras siga cavilaba, su andar era acompañado, por cientos de pensamientos vivificantes, necesarios para mantenerse en pie y en marcha, enfrentados con la angustia ineluctable que le provocaba el pavoroso entorno.

-La necesidad es la que lleva al hombre a encontrarse con la esperanza, con la fe, con la voluntad de seguir más allá de la conciencia y de sus posibilidades, es la misma causa en la que me encuentro, la que no dejara que me detenga en la vida, a mas de intimidarme con este mal que me toca, me han revitalizado-

Pensaba ilusionado en salir de allí, no le afectaba con que se encontraría, pues no le importaba, solo pretendía escapar del repugnante lugar en el que se encontraba. El tiempo que llevaba dentro de los túneles laberínticos no habían producido en el animo de Feudo nada negativo, al contrario este no dejaba de soñar con una escapatoria, su esperanza se mantenía intacta a pesar de que el ya estaba bastante desgreñado, era el cuerpo de un hombre muerto de pena en el que se trasladaba sin detener el paso, el tiempo ya había hecho lo suyo sobre él. La época en la cual este se encontraba en la superficie, luciendo y jactándose de su belleza e inteligencia, había terminado para siempre, su vida terrenal era solo un viejo y confuso recuerdo. Pero no se afligía con pensar en ello, por que terminaba dudando de su memoria, hasta de si mismo, confundido, de que si aquello rememorado había pasado en verdad o si había sido solo un sueño, o si ese sueño era algo que había vivido realmente, su pasado era para él dejado de lado para poder perseguir su ineficaz búsqueda de redención. Prefería abstenerse de toda abstracción de evocaciones, pues a más de confortarlo le hacían advertir con espanto su funesta suerte.
La caminata en esa cueva imposible parecía interminable, y lo era, no puor su parecer, sino por su exactitud. Pero no había que detener la marcha, en algún momento algo se presentará repensaba, una escapatoria necesariamente debe mostrarse.

-Debo estar atento, no perderme, seguir por sobre lo posible, cuantas cosas se han logrado pensadas como imposibles, mi libertad no seria una excepción. Es por mi que me encuentro aquí, en esta monstruosidad, soy consiente de ello, mi causa me ha traído hasta la oscuridad y con ella pienso escapar, pues no hay en este mundo nada mas cruel que la verdad impuesta por quienes creen que pueden manejarnos, somos solo una apariencia que se modifica en cada época. Si me han castigado con esta desgracia no será para siempre, por que los dioses viven de nosotros y en nosotros, pero recuerdan su lugar solo a la hora del castigo, y nos dejan solos en el momento de la acción causante de los males, quien mas si no es mi dios el que me entienda en mi singular escenario existencial-

Lo incierto de su presente no debía anularlo era consiente de ello, aun siendo las condiciones impuestas como desesperanzadoras, incluso fatales a la vista del entendimiento. Algo le llevaba hacia al frente, era ya una razón sin razón, ya sin pensamiento, ya sin cuidado, siendo solo impulso puro e intrínseco su gestor de ida.
Siempre hay una escapatoria potencial, es aquella la que nos seduce a esperar un mañana prospero, vivir hoy proyectados hacia delante mas allá de lo probable, así es que se mantenía este apóstata.

-Todo se perderá en mi, si no sigo perderé hasta la esperanza de lo posible, yo soy el que soy y lo que soy por lo que hago de mí en mi circunstancia, si no la salvo a ella, no me salvare yo, nada mas hay de cierto que lo propio, todo lo externo al hombre es su desgracia, sea lo que sea, vivir proyectado en eso es solo circunstancial por que yo me encuentro solo ahora en esta fatalidad de accidente, y seguro pretenderían que me deje morir, ¡pero no! Seguiré por que mi causa es la superadora de todo, lo que me haya transportado hasta aquí, no puede ser mas que yo mismo, por lo semejante solo de mi dependerá encontrar una salida -.


II



Malditos momentos se manifestaban en la persona de Feudo a estas alturas. La ilusión de hallar lo imaginable en quimeras y deseos, la contradicción en lo posible y lo imposible, la utopia de encontrar lo anhelado, siendo esto solo una salida de la oscuridad salpicada de muerte en la que se encontraba perdido.
Aun sin saber que traería ese encuentro con otra realidad, esta lo seducía como mas prospera, pues aunque no encontremos una certidumbre precisa, solo una ilusión puede ser el motivo de un continuo movimiento.
El camino indefinido se prolongaba y su pensamientos eran lo único que acompañaban su soledad, solo era el y su mañana y su esperanza de desenterrarse del destierro en donde pasaba sus días desde hace tiempo inmemorial, al menos para él, pues en la oscuridad absoluta es difícil reconocer el correr de los días, las semanas o los años, solo el cuerpo le indicaba el tiempo transcurrido con precisión.

-El destino es cruel, nos introduce en un sin salida, sin ideas y sin motivos verificables. El mundo previsible nos deja en un momento, y caminamos solos, todo se vuelve inmanejable e imprevisible, mi desgracia no es solo mi entorno, sino estar aquí sin encontrar un motivo que lo justifique. ¿Pero que pretendo? Es que acaso creo encontrar una respuesta que justifique desde mi el actuar que es de otro, soy un despojo de humanidad que anda errante sin nada mas que sus recuerdos y su esperanza, y que no se quebrara, el destino no podrá nunca ser tan cruel como para alejarme de mi, soy solo yo por sobre todo y todos-

Feudo soñaba en encontrarse con ese pequeño resplandor que dé muestras de un después posible, la luz al final del túnel seducía a este como lo hace un oasis en el desierto al caminante, recelándolo como algo posible soñaba con ello, pero sospechando también su fatal destino concluyente, combatía en su intimidad duramente contra ello, pues lo ultimo en perder es la esperanza de localizar lo que buscamos. La salida pensaba le transportaría a una solución, a un cambio en su paradigma, y no estaba equivocado, es eso lo excelente que puede encajar en su desconcierto, el optimismo de poder tocárselas de ese mortal laberinto subterráneo.

-El mañana es a partir de hoy, yo soy mi proyecto, mi exilio de aquí es lo prospero, el mundo gira exigiendo que yo lo haga al mismo tiempo en el escenario en donde me encuentre, siendo este puesto o impuesto, resolverá en inevitable a mi percepción, por eso me aferro a él, por necesidad, pues no encuentro otra realidad para vivir que la que pueden percibir mis falaces sentidos, perversa percepción única e inexacta que me guía y pretende hacerme de pilastra. Nihil est in intellectu quin prius fuerit in sensu-

Maldito único pasaje. Cruel, ficticio, real, sin excusas ni opciones, así se mostraba la marcha de Feudo. Todo tiene un por que, sonaba en su cabeza, inmediatamente debatía ese por que, pues la penuria nos justifica una existencia errante e infeliz muchas veces. Feudo caminaba solo por donde no había luz, en donde todo se presentaba igual de oscuro, solo una antorcha ilumina su fatídica desgracia.
Cada paso era un estallido dentro de él, de esperanza, desconsuelo, extremos emocionales se entrelazaban en su andar, el mundo que percibía, era su único refugio, y era la pena que debía de pagar por sus crueles actos.
No hay peor castigo para el hombre que el trabajo inútil y sin esperanza, Sísifo en su mal se le presentaba como un semejante por momentos, pero al menos este se ocupaba al aire libre y sabia que no tenia esperanza de despojarse de su destino, su trabajo era reiterativo y así lo seria hasta el infinito, él era consiente de ello, y de ello es que saca fuerzas para encontrarle un sentido a su existencia, en cambio para Feudo la condena habría sido mas atroz, pues en la oscuridad pensaba que podía toparse con una pequeña luz que le indique el fin de su pesadilla, su lucha no era tan solo con su marcha, sino también con sus pensamientos, mortíferos y a los mismos tiempos esperanzadores, una combinación desgarrante, y agobiante para cualquier hombre. Creyendo que podía modificar su vida este seguía adelante, pero su suerte ya estaba echada, y nunca podría salir de ahí hasta su muerte. Ese era el precio que tenía su libertad.
Su voluntad lo llevaba adelante al unísono del temor, la sospecha a que la quietud lo condene a la nada, le mantenía firme, pues este era el lugar más peligroso en el que podía arribar. En verdad, donde nada hay no hay diferencia alguna, donde no hay diferencia no hay diversidad de aptitudes, y tal vez donde no hay cosa alguna ni si quiera hay aptitud alguna. Ni tampoco incapacidad alguna. Por lo mismo, donde nada hay y donde no hay cosa alguna no hay tampoco lugar.

-Si me detengo en la contemplación advertiré sin más lo complejo de mi situación, y siendo así solo podré encontrarme con la muerte, pudiendo ser que todavía este vivo cuando su negra figura me tome, entonces pereceré sintiendo mis últimos latidos, escuchando nada mas que el eco de mí mismo. Solo yo, sin haber dado todo para lograr hallar una escapatoria a este tormento-

Eso estimulaba su andar, pero la antorcha se consumía y no contaba con mas para reponerla, el desconsuelo era único en su existir en el momento en que percibió iba a quedarse sin luz.

-Ayer podemos encontrarnos en un paraíso cayendo sin nuestra voluntad en una realidad infeliz, solo palpable por quien le toca, cada quien es un cosmos, yo soy esto hoy, tiempo pasado solo es un resplandor en mi memoria, nostalgia, entelequia. Deseo de un poder que no será, que ya fue y no existirá nuevamente, del cual ya no estoy seguro si es bueno o malo, pero vivir en las reminiscencias es más espinoso que existir hacia lo por venir, esa es la meta a superar en mi-.

Pero esto no le desvanecía, al contrario, su paso se hacia resonante, lleno de expectación, de confianza en si, en que nada esta perdido sin que caiga el telón. Y no seria él quien lo haga caer, no disiparía, elegía perder la vida a perder su carácter, pues consiente era de que esté solo dependía de él, y que lo externo si le era ajeno e indócil.
Siguió su andar a paso firme, tratando de controlar sus emociones y mantenerlas serenas, no era bueno para él entregarse sin mas a tales extremos vehementes, pues esto le debilitaba dejándolo abrumado por horas en ocasiones.
Sin embargo en algún momento debió darse cuenta de la imposibilidad de redención, quizás fueron sus manos las que hicieron que note el tiempo, su juventud se había ido por completo, los surcos de su arrugada y delicada piel era una certera muestra del anciano en el que se había convertido y esto le produjo un sobresalto que hizo que a mas de alivianarse en la levedad del ser, se apresurara. Su excitación frente a esta revelación debió hacerle un efecto contrario en su acción por que su ímpetu se incremento, su esperanza era más fuerte ahora. Cuando creyó que no encontraría una salida, fue este el principio del fin para Feudo.



III



Nuestro condenado en su afán de continuidad firme, un día tropezó en la oscuridad, la luz que podía suministrarse no era suficiente para lograr una visión segura, pudo sentir como su piel se desgarraba, logró juzgar como su sangre brotaba rápidamente, calida y magnífica, pudo sentirla correr por su pierna, al mismo tiempo una imagen premonitoria que se le presentaba.
Su grito de dolor produjo un eco en el completo vacío, estaba solo, sabia que no había nada más que él ahí, estaba seguro pues la soledad cuando es tal se siente, y no hace falta comprobarla. Arrodillado de dolor y temor, creyó que ya no había nada más que hacer, que quizá era momento de resignarse, de esperar su último parpadeo sin objeciones, su lucha ya había sido asaz, había perdido la cuenta de los días, de los años, del tiempo que llevaba allí sin detenerse ni un momento, solo cuando su cuerpo no le permitía seguir por la fatiga descansaba.
Cayó entonces en un desconsuelo que no le daba más que hacer, sin opciones se entrego a la muerte esperando poder ver su rostro antes de sucumbir. Su respiración tronaba en lo infecundo, la caverna era prospera para ello.
Ahí estaba, bañado de sangre, tendido sobre su hado. Cuando de repente pudo divisar algo, su marcha le había dejado frente a esa ansiada luz llena de ilusión, de posibilidades. Esa luz que le mostraría la escapada hacia otra realidad. Rompió su prenda toda deshilachada, la ato con fuerza a su pierna herida, soportando el dolor con un gruñido y a medio andar siguió sangrando hacia la luz, esperando encontrarse con ese mañana que se le presentaba inesperadamente hoy, ahora. Desbordaba en emociones que le provocaban espasmos en todo su cuerpo, creía en su júbilo que había logrado lo imposible, la débil llama de su antorcha se extinguió en ese momento, sin importarle la arrojo a un costado, ya no la necesitaría pensaba, estaba próximo a la salida, podía advertirla, confío sin mas enteramente en la visión nebulosa que procuraban sus viejos ojos.
Se acercaba, cada vez podía verla con mas nitidez, no era una ilusión era una verdead, estaba frente de él, y cada vez mas cerca, aquella pequeña luz al final iba incrementando su tamaño, su medio andar se había convertido en carrera, el dolor había desaparecido, la imposible liberación se hacia eficiente, y estaba delante de él.
El destino cruel había mutado juzgaba, la gloria estaba de su lado ahora, y no quería perderla, no importaba lo que tenga que hacer para llegar, sabia que tenia que hacerlo, y lo haría, estaba convencido, y sabemos que a mas de esperar esa perfección debemos estar persuadidos de ella para su obtención.
Pero en un momento dado, todo ese éxtasis se detuvo en la irresolución, se empapo de quizás dejando a Feudo de nuevo en esa fatal soledad absoluta, que presentía ahora compartida. Escucho pasos acelerados, respiración agitada, y al instante un silencio persuasivo. La luz ya no era la de una salida, ya no era un mañana hoy, el túnel no había acabado, con el tiempo eterno en una realidad que era breve pudo divisar delante de él a un hombre que le alumbraba con su antorcha, colocado a la cabeza y cuerpo de él como hace un espejo en ocasiones, la cercanía a esa esperanza de libertad desapareció, confirmando solo su infortunio perpetuo.

-Era otro yo pero en un él, aturdido, andando el mismo túnel, en aquel que yo había tomado como propio, no podía juzgar sobre su apariencia, sus ojos brillaban delirantes. Cargaba quizás con la mismas esperanza y sueños que yo he tenido este tiempo. Todo se vuelve uno en mismas condiciones-.

No tardo tiempo en enfrentarse, era otro igual desemejante, anverso a él, buscando lo idéntico, así se exhibo en mutismo, sin mensajes, la imagen era todo, un semejante desolado de cara a él, en mismas condiciones y en idéntico lugar venido de otro extremo buscando lo parejo hacia otro opuesto, era él en otro que también buscaba su salida. Eran dos errantes en el mismo sitio. Elipsis compartida.



IV


Eso es todo que puedo decir sobre la reclusión de Feudo, la historia de este personaje tiene mucho de leyenda, hay quien dice que el confinamiento subterráneo de este, sirvió de advertencia por un tiempo, que los hombres se abstuvieron de los engaños hacia otros hombres, que el mundo siguió girando con la resguarda de los dioses durante mucho tiempo.
Hasta que el final de estos causo el desequilibrio total, el ardid y la avidez volvieron a la vida en mano de personas, consentidas por una deleznable abstracción ideológica autoproclamada liberal y un dudoso Estado de Derecho, destruyendo todo legado natural en sustancia. A partir de ahí, el mundo no volvió a ser el mismo nunca más.
Con todos los Dioses muertos como están hoy, ya no hay castigo para los que traicionaron a su propia especie, menos para los que lo siguen haciendo, el mundo se ha convertido en la lucha del hombre contra el hombre, y la antigua leyenda sobre Feudo es solo eso, una leyenda.



Nullibi ergo erit mundos. Omne erit in nihilo

el diablo y sangucho

SANGUCHO dice:
hay algo aca en tucuman
q no me gusta
tio javi dice:
contame
que es
SANGUCHO dice:
mucha tentacion, mucha gente q quiere el mal
tio javi dice:
uuuuuuuuu chabal
que feo
como lo percibis
?
SANGUCHO dice:
es q aca vive el diablo
tio javi dice:
uui men
es muy fuerte
lo que me decis
como lo viste?
SANGUCHO dice:
de traje y corbata
traje negro
camisa blanca
y corbata roja chango
impecable en su vstir
vestir
podrias confundirlo con un bailarin de tango
tio javi dice:
uffffffff
usa vigote?
SANGUCHO dice:
si
bien prolijo
como si tuviera los labios delineados
tio javi dice:
anda siempre solo, no es cierto?
SANGUCHO dice:
por lo general
de vez en cuando se lo ve pasiando un 'perro
un negro color tizon
espuma le sale de la boca
tio javi dice:
tambien a el?
a los dos?
SANGUCHO dice:
no el por ahi lagrimea sangre
tio javi dice:
contame Agustin
por qué zonas anda él?
calles de Tucumán
por las que lo viste
y horario
SANGUCHO dice:
parado en casa historica
por congreso
tipo 19.30
tio javi dice:
verdadera experiencia
sabe él quien sos?
SANGUCHO dice:
me guiño
un ojo
tio javi dice:
segui
contame más..

viernes, 18 de marzo de 2011

Tinelli procesado por narcotráfico

Durmiendo la siesta soñé lo siguiente: Era yo un grandote juez, como los que hay en las películas, con sotana negra y peluquín, como los que todavía trabajan en España. Me tocaba resolver un caso en el que se demandaba a Marcelo Tinelli por obtener grandes beneficios económicos a través de la distribución masiva de sustancias estupidizantes. El fiscal, peronista antiofisialista y ateo, parecía estar muy enojado con el acusado. Decía que al juzgar, su Señoría, yo:S, debía de considerar dos importantes agravantes del caso concreto. Número uno, que el productor televisivo sabía y conocía muy bien del efecto que causaba la substancia que inteligentemente producía. Y número dos, que la substancia contaminaba no solo a cada destinatario individual, sino a la sociedad misma entendida como un todo. Que esta hacía las veces de recipiente de germinación y caldo de la substancia del delito en tal manera, que una vez terminado el delito de tracto sucesivo y quizás muerto el delincuente, los efectos todavía afectarían a las generaciones futuras. Considerado esto, su Señoría, terminaba el fiscal, no debe a usted temblarle el pulso al bajar el martillo para condenar a este poco argentino a 20 años de producción de programas rehabilitadores de las víctimas...

ABRUPTAMENTE el sueño se interrumpió, y me dirigí como avalancha a mi blog para registrar la buenísima idea que había tenido. POR RAZONES DE TRABAJO, aunque despierto, prometo continuar la historia...